viernes, 31 de diciembre de 2010

Somos protagonistas


Aunque los futbolistas quieran robarnos protagonismo en los medios de comunicación con un tema que nos trae sin cuidado (qué más da jugar el día 2 que el 3), los atletas somos los protagonistas de estas últimas horas del año. Por supuesto, la San Silvestre Vallecana se lleva todos los honores: su carrera popular tendrá 35.000 participantes y la internacional, un par de horas más tarde, contará con los mejores atletas nacionales e internacionales, destacando Zersenay Tadesse. De hecho, tanto destaca Zersenay Tadesse que el periodista David Menayo, de MARCA, ahora le llama Tola (Tadese Tola) "como se le conoce en el mundo del atletismo", escribe. El muy desconocedor confunde a Zersenay (Eritreo), que no sólo vive en Madrid sino que es el recordman mundial de media maratón, ganador cuatro veces del mundial de media maratón, campeón del mundo de cross y varios títulos más, con Tola (Etíope) que también es muy bueno (2h06'31" en Frankfurt este año) y que ganó la San Silvestre Vallecana en 2008.

La curiosidad no acaba aquí y el periodista transforma a la representante de Zersenay (Julia García) en alguien llamado Julián García. En fin, si así son las noticias sobre atletismo, mejor que se hable de fútbol.

Pero esta tarde seremos protagonistas y, quieran o no, saldremos a la calle a disfrutar de las últimas horas del año en pantalón corto y camiseta de tirantes. Yo lo haré en Sant Cugat, al lado de Barcelona. ¿Dónde correréis vosotros?

Espero que todos los paséis genial y que el 2011 esté lleno de carreras interesantes y retos por cumplir. Y quién sabe si el año que viene alguien se apunta a traspasar las fronteras para despedir el año en alguna de las San Silvestres de fuera, donde destacan la de Sao Paulo (Brasil) y la de Luanda (Angola).

martes, 28 de diciembre de 2010

Creando escuela

Aunque Carlos Arribas no me cita en su artículo, sé que estoy creando escuela. Este mes de febrero se hablará un poco de español por el valle del Rift: Arturo Casado y Francisco España estarán en el Lornah Camp de Iten desde finales de enero y Pablo Vega quiere que le enseñe los mejores caminos de la zona en una entrevista que le han hecho recientemente. Y la lista se alarga, porque otros muchos me han mandado e-mails solicitando información.

¿No os apetece venir?

jueves, 23 de diciembre de 2010

Objetivos del primer trimestre

Regresar a casa después de la experiencia americana significa ponerse las pilas a nivel atlético, pero las fechas no son las más apropiadas para tal comienzo.

El sábado pasado se casó mi hermana y ahora empiezan los días festivos, con la casa llenándose de personas y víveres que hacen las delicias del más soso. Mañana es el día de hacer "pilotetes" en casa de la abuela (carne picada, huevo, harina, perejil y creo que algún ingrediente más); todos los años salen entre 400 y 500, que mi prima se encarga de contar religiosamente para saber cuántas tocan por persona en el caldo -escudella- del día 25. Por la noche del 24, a "cagar" el tió y luego la Misa del Gallo. El 26, Sant Esteve, canalones con las sobras del 25. Pero hay que entrenar y pensar que no falta tanto para la maratón de Barcelona, el objetivo principal de la temporada, pero no el único.

A nivel esquemático, el primer trimestre del año se repartirá de la siguiente manera:
Y ¿qué espero conseguir en estas carreras? Más o menos algo así: revalidar el título de campeón de Catalunya de media maratón, mejorar mi marca de media en Barcelona (1h04'57") y correr en 2h16' la maratón. Para conseguirlo, por lo tanto, hay que pasar unas Navidades en forma y me estoy aplicando. Desde el pasado lunes e intentando mantener el formato en las siguientes semanas, de lunes a jueves hay que doblar sesión: trote de 12 a 15kms en ayunas al despertarme y segunda sesión combinando rodajes con series a las 7:30 de la tarde. El viernes será el día suave, con una sola sesión de 14 a 18kms y el fin de semana, lo que me toque: rodajes largos, competiciones, fartleks, series en la playa...

Y vosotros, ¿qué objetivos tenéis para -el primer trimestre de- el 2011?

martes, 14 de diciembre de 2010

Me des-Quito

Se ha acabado la experiencia americana. Escribo desde el aeropuerto de Bogotá, que ya me conozco demasiado -llegada a Ecuador, viaje de ida y vuelta a Panamá y ahora- y repaso un poco lo que han sido estas cinco semanas.

He conocido dos países nuevos y descubierto frutas y comidas que ni siquiera me imaginaba (tomates de árbol, granadillas, variedades y variedades de plátanos, ceviches, encebollados y otras muchas de las que no recuerdo el nombre). Reconozco que la comida ecuatoriana me ha gustado, pero tantos días en la província de Manabí me ha cansado un poco el paladar: la dieta habitual (y cuando digo habitual significa para desayunar, comer y cenar -que aquí se llama "merienda"-) fue arroz, plátano a la parrilla y carne. Y eso, aunque me gustara, terminó por aburrir un poco.

A nivel atlético, me voy más que contento. No he entrenado demasiado, como estaba previsto, y he participado en dos carreras que nunca había previsto con unos resultados más o menos aceptables. Quién sabe si otro año volveré por aquí con la preparación suficiente para poder ganar alguna de ellas (reconozco que me haría ilusión, claro). Y he conocido a muchos atletas con quienes espero coincidir en futuras carreras, lo cual siempre hace ilusión.

Y a nivel del voluntariado, también estoy contento. Por supuesto que no se cambia el mundo con unas semanas de colaboración desinteresada, pero es un granito de arena que siempre ayuda. Y ya tengo por lo menos las preguntas de dos fisioterapeutas que quieren ir en los próximos meses. Quizá éste es el aspecto más positivo, además de las amistades que he conseguido por este lado del charco.

Y para terminar, una anécdota de cómo han sido mis últimas horas en Ecuador.

Llegué a Quito por la tarde y me acerqué al colegio donde trabaja Raúl Ricaurte, para ir con él a su casa. Raúl fue el entrenador de Silvio Guerra durante diez años y es un gran amigo de Antonio Serrano. En casa de Raúl comí la añorada pasta y hablamos de atletismo, pero nos acostamos temprano porque el grupo de Raúl entrena muy pronto.

A las 4:45 de la mañana sonó el despertador y nos fuimos al estadio olímpico Atahualpa, donde el entrenamiento empezó a las 5:30: un calentamiento suave y luego fartlek de 300m, cuestas, 500m, cuestas y un 1500. Por suerte, el grupo que entrena ahora con Raúl (a veces más de 100 personas) es bien popular y no hacía falta sacar el hígado por la boca porque a esas horas y a esas alturas (2800m), uno no iba sobrado. De hecho, mi reloj se quedó sin batería y ni siquiera sé que tiempos hice, pero Raúl me espiaba y dijo que algo entre 5'00" y 5'10" para el 1500.

Después de esto, regreso a la casa de Raúl para tomar una ducha y un gran desayuno que me permitiera aguantar muchas horas de viaje. Y en esto estoy. A mediodía del miércoles, hora española, espero aterrizar en Barcelona y llegar a Sant Pol pronto. Y si las piernas lo permiten, por la tarde estaré entrenando en Canet de Mar. Ya faltan menos de tres meses para la maratón de Barcelona y hay que ponerse serios.

Zaragoza en Planeta Running


Después de copiar y pegar los artículos de varia gente en mi blog durante los últimos días, es el momento de colgar uno mío. Es el artículo que sale este mes de diciembre en la revista Planeta Running sobre la maratón de Zaragoza del pasado 7 de noviembre.


Por fiarme de mi memoria y no hacer las cosas como es debido, el artículo contiene bastantes errores que los organizadores de la carrera pidieron corregir, aunque la revista ya estaba en imprenta. El próximo mes saldrá una "fe de errores" que intentará subsanar el error, pero en mi blog también quiero copiar lo que ellos me comentaron, a la vez que les pido disculpas de nuevo.


La bolsa del corredor de la maratón contenía una camiseta técnica Under Armour valorada en 33 euros, el aspecto, el color, era de algodón, pero de eso se trata, UA trata en este caso de sacar fibras muy técnicas que simulen algodón por si se quiere hacer un uso más casual, llevarla por la calle. Además, tenía un Gym-sac cortesía de DKV, dos DVD, uno del Pilar y otro del Ebro, un folleto del camino jacobeo de Aragón, un bolígrafo, el Heraldo de Aragón del día donde iba un especial del maratón de cuatro páginas... todo eso se dio al recoger el dorsal, en meta efectivamente se daba agua, isotónico, fruta y una pieza de pastelería artesana, lo lógico en meta, además de una manta térmica y la medalla. Tal y como lo explica Marc, da la impresión un poco cutre, y no es verdad.

En la carrera de 5k se daba una camiseta "técnica" de las habituales en carreras, pero como era combinada en colores fosforitos aparentaba ser más técnica. Pero la camiseta del maratón, y sé de lo que hablo, es la mejor camiseta que he visto en TODOS los maratones nacionales, y no se merece que digáis que es de algodón.

Ya no estamos a tiempo de rectificarlo, y lo siento, porque nos esforzamos muchísimo en que, pese a nuestras limitaciones, ofrecer a los corredores unos servicios dignos de un buen maratón.

lunes, 13 de diciembre de 2010

No se puede ser más claro

Furacán me comenta un blog que no conocía y, concretamente, una entrada que explica con pelos y señales el tema del dopaje sanguíneo. Es largo, pero merece la pena coger un par de madalenas y empezar a leer (lo de las madalenas es para acordarnos de cerrar la boca de vez en cuando).

Aquí está la clase magistral de Jordan Santos.

PD: Y pensar que Eufemiano es ginecólogo...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Dame "tito"

Otro artículo buenísimo, en este caso de Carlos Arribas:

Lo que más le dolió a José María Odriozola al conocer el jueves el alcance de la Operación Galgo no fue, curiosamente, la implicación de su vicepresidenta, Marta Domínguez. "Me he llevado la desilusión más grande de mi vida", le dijo a uno de sus íntimos el presidente de la Federación Española de Atletismo. "Yo pensé que Pascua había cambiado de verdad". (Leer más)

Me preguntan qué me parece todo esto: pues me parece genial, pero preocupante. Parece que muchos se han dopado durante demasiado tiempo y nunca han dado positivo, lo cual significa que los controles son poco efectivos.

Sigo pensando que hay muchos otros que van limpios y confío en ellos, pero me gustaría descubrir que los controles mejoran y así no serán necesarias las redadas (que seguro que son muy largas de organizar) para descubrir a los tramposos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Un buen artículo

El atletismo está estos días en el ojo del huracán por los presuntos dopados y traficantes que están siendo arrestados. Y yo que me alegro, porque es un tema delicado pero necesario para limpiar la imagen que tenemos de "paraíso del doping" y medallas que no nos merecemos. Pero no voy a añadir más por ahora, dejaré que lo haga Gerardo Prieto en su artículo de El Periódico:

El atletismo español ha vivido durante las dos últimas décadas instalado en el todo vale si hay resultados. La Federación Española de Atletismo siempre ha sacado pecho recordando que fueron los primeros en instalar controles antidopaje, pero ha mirado para otro lado cuando el problema estaba en casa. Solo un detalle: mientras Alberto García estuvo sancionado utilizaba los servicios de fisioterapia de la federación y no pasaba nada. García resultó positivo por EPO y, en palabras de un federativo, este era tan claro que «el cadáver aún se encontraba en la sala y la pistola todavía humeaba». Sin embargo, la estrategia del atleta de Vallecas fue negarlo todo. Una década después, la misma táctica sigue valiendo para José Luis Blanco. [leer más]

Y otra noticia de los medios -desconocida por el asunto del dopaje que lo acapara todo- es que Paul Tergat tuvo un accidente de coche en Eldoret el jueves pasado; se encuentra bien, pero ha recomendado a todos los conductores que extremen las precauciones en estas fechas que se producen tantos desplazamientos.


El canal de Panamá



Si estás comiendo plátanos en España y éstos no son de Canarias, seguramente habrán pasado por el Canal de Panamá y, con un poco de suerte, serán del cantón El Carmen, donde me encuentro estos días.

El Canal de Panamá, esa obra de ingeniería que permite a los barcos pasar del océano Atlántico al Pacífico (y al revés), no es cualquier cosa. Quien haya visitado el de Suez o lo conozca, verá que no tienen nada que ver. El egipcio es una zanja a nivel que permite pasar del mar Rojo al Mediterráneo, pero el de Panamá no es a nivel, tiene escalones.

De una costa a la otra de Panamá discurren 80kms y entre ellos se creó un lago artificial (lago Gatún) que, una vez lleno, está a 26 metros sobre el nivel del mar. Para llegar allí se construyó -hace más de un siglo- un sistema de esclusas que permiten a los barcos remontar escalones hasta el lago y luego bajar hasta el otro océano.


Según parece, el hecho de que no se hiciera a nivel como el de Suez (aunque se intentó) ha preservado los ecosistemas de ambos océanos, ya que las especias no pueden cruzar y modificar las poblaciones (seguramente las del Pacífico habrían acabado con las del Atlántico porque son menos fuertes).

La visita al canal está llena de información y anécdotas, como cuánto paga cada barco por pasar (entre 300.000 y 400.000$), quién fue el primero y cuál el pasaje más barato: el de Richard Halliburton, a 0.36$ por cruzarlo a nado, ya que la tarifa es por tonelaje.

De hecho, el canal se ha convertido en unidad de medida para los armadores. ¿Quién quiere un barco más ancho que el canal? Tanto se han apurado que los barcos llamados "Panamax" disponen de sólo un metro a izquierda y derecha para no chocar con las paredes del canal. Pero con el comercio mundial ya los Panamax se están quedando pequeños y en Panamá se está construyendo un nuevo sistema de esclusas, más ancho, para mejorar los servicios y conseguir mejores ingresos.

Así fue mi visita al canal y tengo que agradecerlo especialmente a la doctora Enitza por organizarla y a Gustavo por todas sus explicaciones (nadie mejor que un trabajador de allí para contestar todas mis dudas).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Lecciones maratonianas

Tres días después de la maratón de Panamá y ahora que ya tengo los resultados, llega el momento de hacer el balance. He aquí las conclusiones a las que he llegado:
  • Los resultados del año anterior nunca sirven de referencia (esto ya lo descubrí durante el interraíl, pero aquí se ha confirmado): el año pasado habría sido tercero.
  • Si el ritmo de competición no es excesivo, se puede empezar una maratón sin calentar: no troté ni un metro antes de empezar y no lo eché de menos; los primeros kilómetros pueden servir de calentamiento.
  • Si las condiciones no son ideales para correr, diseña un plan prudente y empieza todavía más prudente: mi idea era doblar o incluso hacer más rápida la segunda media y me equivoqué por muchísimo (1h13'44"+1h21'01"). El plan que hice era prudente, pero no lo cumplí del todo. Quizá salir a 1h15' habría sido mejor.
  • Sin un entrenamiento específico se puede correr maratón, pero el ritmo decaerá en los últimos kilómetros: mis semanas en Ecuador han sido de 50 o 60kms, así poco más podía hacer.
  • Si se está habituado a las tiradas largas, no es difícil correr 30kms a ritmo vivo (el problema viene después).
  • La humedad pasa factura: me hidraté bien, pero la humedad afecta a otras partes del cuerpo como los intestinos. No sería mala idea tomar un Fortasec la próxima vez.
  • Tanto sudor y tanta agua como refrigerante terminan por empapar las zapatillas; correr con las zapatillas mojadas durante tantos kilómetros es antesala de ampollas. La próxima vez (primero lo probaré en entrenamientos) me vendaré los dedos de los pies individualmente.
  • Es una buena idea recortar la camiseta en la parte inferior para que ventilemos mejor, pero no tanto que el dorsal sobresalga: este detalle nos lo enseñó Viktor Röthlin en el campeonato de Europa de Barcelona que ganó. No cometí ese error y la verdad es que se corre más cómodo con un poco menos de camiseta.
  • Si la organización de la carrera sólo distribuye agua (o bebida isotónica pero en vasos de los que es imposible beber), conviene llevarse geles de repuesto y tomarlos a discreción. Yo sólo llevé uno y con tanto sudar se me resbaló del pantalón por no llevarlo atado con un imperdible.
  • Una maratón a ritmo suave no afecta demasiado: el lunes descansé y ayer martes troté en ayunas por Quito (2800m) durante 11kms a 4'27".
  • No existe ningún otro deporte en el mundo como las carreras a pie: vayas donde vayas no sólo puedes practicarlo sino además competir.
Por todas estas lecciones y por los días tan bonitos y agradables que pasé en Panamá con grandes amigos, ha sido la carrera más dura en la que he participado pero también una de las que guardo mejor recuerdo. No creo que repita el próximo año (aunque seguro que ningún africano llegará a Panamá con ganas de correr ya que el récord está en 2h16'25" y se cumplirá de nuevo la primera lección) pero sí me gustaría visitar el país en otra ocasión y quizá correr en una distancia inferior.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Fotos de la maratón

La doctora Enitza George, incansable en cualquier faceta y quien ha hecho posible mi participación en la maratón de Panamá, recorrió el circuito cámara en mano para inmortalizar gran número de instantes que a mí no se me olvidarán fácilmente. He aquí una selección:


Los tres miembros del equipo "Caminemos Juntos con G-e-o-r-g-E", una mezcla de la Fundación Caminemos Juntos y el propio equipo de la doctora, que además de repetir su apellido es un acrónimo (Gracia divina, Excelencia, Ordenamiento, Respeto, Gratitud y Espíritu). Ellos son Yaira Sánchez, que debutaba, y José Sánchez, que ya es todo un experto y quería bajar de 3 horas.
Aquí me encuentro en el kilómetro 5 de carrera. Podéis ver que todavía estaba oscuro como la boca del lobo y que se aprecia que empezaba a sudar (mi cuello está mojado). ¿O será el agua que me tiraba encima? Lo mismo da, hacía calor.


Con indicaciones como ésta es imposible perderse, ¿no? La verdad es que la doctora me asustó bastante diciendo que en la mayoría de carreras de Panamá hay atletas que se equivocan de camino por mala señalización, pero esta maratón estaba muy bien organizada (aunque la flecha no es suya). Estoy en el kilómetro 20 más o menos.


Aquí mi cuerpo empieza a notar la fatiga. Yo había adelantado al cubano hacía unos kilómetros pero en una gran avenida (Coastway) con giro final de 180º me doy cuenta de qué posición llevo y cuán lejos están los que tengo delante; y al girar analizo también cómo van los que llevo detrás. Ya nada se movería desde entonces: todos empezamos a aflojar de manera estratosférica -unos más que otros- y deseamos que la carrera se terminara.


Una vez cruzada la línea de meta me entregan una placa conmemorativa de los 2500 años de la batalla de Marathon. No puedo más.


Después de ir al baño y sentarme durante un buen rato (no porque fuera difícil de sacar sino porque se estaba muy bien sentado), los asistentes de meta nos ayudaban a realizar estiramientos. Yo tenía que apoyarme en él para no caerme y después casi tienen que despertarme para que me levantara de la camilla finalizado el masaje.




domingo, 5 de diciembre de 2010

No soy invencible

No vine a la maratón de Panamá con la idea de ganarla, aunque uno nunca descarta esta opción. Después de mi retirada en Zaragoza, mis entrenamientos se redujeron considerablemente y sólo me dediqué a entrenar unos 4 o 5 días a la semana, haciendo normalmente 10 kilómetros por la mañana en ayunas. También competí la media maratón Mitad del Mundo, que fue mi "tirada larga". Por lo tanto, no llegaba a Panamá en condiciones óptimas para una maratón; pero sí para una nueva experiencia.

Por mi experiencia en el mundo del atletismo, pensé que podía correr fácilmente en menos de 2h30'. Mi debut en Amsterdam, sin apenas preparar la carrera, fue de 2h27' y unos meses más tarde corrí Valencia como un trote de calidad en 2h25'; y un par de meses después hice de liebre a Alessandra Aguilar en Rotterdam en 2h29'. Total, no me parecía muy complicada otra marca parecida aunque llegara sin mucho entrenamiento. Pero tanto el circuito de Amsterdam, como el de Valencia como el de Rotterdam (y sus fechas/climas) son perfectos para correr; no así Panamá.

La salida fue a las 5 de la mañana para evitar que el sol molestara demasiado y hasta cumplirse la primera hora de carrera corrimos de noche, aunque la temperatura superaba los 23ºC. Aunque suelo despertarme cuatro horas antes de una maratón, hoy fueron sólo dos; el tiempo era justo para absorber el desayuno pero suficiente para llegar habiendo descansado bien. Creo que aquí no fallé.

En la línea de salida me enteré de quién correría este año: tres kenianos y un etíope, un guatemalteco de 2h13', el colombiano ganador del año pasado, un cubano que había ganado otros cuatro años... y muchos de ellos querían optar a la prima de 10.000$ por romper el récord de la carrera (2h20'56"). Yo no tenía esa meta, así que empecé a 3'35" (no había hecho ningún calentamiento y prefería salir con calma para coger ritmo a medida que avanzaba la carrera) y me encontré sólo desde el primer metro a pocos segundos del pelotón de cabeza: ningún problema, seguro que muchos acaban petando.

El plan se cumplió a la perfección y pronto me encontré muy cómodo a menos de 3'30". No quería precipitarme, pero de verdad que corría muy fácil y suelto: 17'54", 17'34", 17'19" y 17'17" para los primeros 20km. Los avituallamientos (agua envasada en bolsas de plástico) se encontraban en casi cada esquina y no me saltaba ni uno; un poco de agua a la boca, otro al cuerpo y otro poco más a la boca. Me notaba hidratado y cómodo, aunque por delante no había ninguna novedad.

La media maratón la pasé en 1h13'44" y los siguientes parciales fueron de 17'21" y 17'47", éste último con ráfagas de viento contrario y algunas ondulaciones que empezaban a molestar, pero a lo lejos se veía el cubano y un poco más allá el colombiano. Y adelanté al primero de ellos antes del kilómetro 30. Iba el octavo de la carrera y pensaba que adelantaría alguno más -éstos eran los pensamientos positivos- pero desde hacía varios kilómetros tenía un serio aviso de diarrea y notaba ampollas en los pies -éstos eran los pensamientos negativos-.

No sé si fue la humedad o la cantidad de agua que bebí, pero pronto descubrí que era más agradable beber menos agua (aunque mi boca lo pidiera) para evitar que el desagüe se abriera de manera irremediable. Si habéis corrido con esta sensación, sabéis que no es cómodo ni agradable, y el ritmo también nota que algo pasa.

Luego llegaron más ondulaciones y el sol apretaba cada vez más (seguro que superamos los 30ºC) y yo no conseguía acercarme a los de delante, más que nada porque cada vez corría más lento. Empecé a desear que la carrera se acabara y consultaba el reloj a cada momento para descubrir cuántos kilómetros me faltaban y calcular qué marca iba a hacer. Y a cada vez que consultaba el reloj y recalculaba la marca, me salía algún minuto más.

Los últimos 5k, por la Cinta Costera (una avenida demasiado ancha por la velocidad que llevábamos), son la peor pesadilla de la carrera. A medio camino se encuentra la estatua de Vasco Núñez de Balboa, feliz por haber descubierto el paso hacia el Pacífico. Su felicidad no fue nada en comparación con la mía al llegar a meta. Estaba exhausto, derrotado por el calor y la humedad, con los pies doloridos y unas ganas tremendas de sentarme (a poder ser en el baño). Así atestiguan los últimos parciales mi flaqueza: 18'39", 20'08" y 10'41" (del 40 a meta).

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Resumen: 8º con 2h34'45" (1h13'44"+1h21'01")
Ganó un etíope con 2h16'.
Mañana espero colgar fotos y los resultados más completos (todavía no hay nada porque corrimos sin chip).
He aprendido muchíiiisimo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Panamá


El viaje hasta Panamá no fue malo del todo, pero tuvo algún inconveniente. Mi vuelo, con escala en Bogotá, salía de Quito a las 6am. Mi idea era salir de El Carmen a media tarde para llegar a Quito no demasiado tarde y alquilar una habitación o cama cerca del aeropuerto para dormir un poco, pero salí tarde y el viaje se alargó por un accidente en la carretera que paró el tráfico. Total, que llegué a Quito más allá de las once y pensé que lo mejor sería ir directamente al aeropuerto y esperarme medio dormido por allí. Así lo hice, pero dormir no fue muy fácil porque el aeropuerto es pequeño, tiene pocas sillas o rincones para tumbarse y hacía frío.

Cuando llegué a Panamá, y aunque el día no era soleado, me di cuenta de lo que es la humedad. Si sale el sol, la temperatura supera los 30ºC, pero si no tenemos sol, si llueve o, simplemente, es de noche, la temperatura nunca baja de los 23 o 24º. Y la humedad ronda el 90%.

El jueves me sirvió para instalarme en la ciudad (en casa de unos amigos de la doctora que me tratan genial) y recuperarme del viaje. Para el viernes, el día sería más completo.

El viernes me desperté a las 6 de la mañana para desayunar e ir al centro (Panamá es un continuo atasco: hay que salir pronto y tener paciencia). Allí estaba organizada una caminata con motivo del día internacional de la discapacidad (3 de diciembre) y yo participaba como simpatizante de la Fundación Caminemos Juntos, aunque había muchas más (Frater, Olimpiadas Especiales, varias de sordos, etc.).

La marcha transcurrió con alegría, música y bueno ritmo hasta la iglesia del Carmen, donde el obispo de Panamá, que había formado parte también de la marcha, ofició una misa muy hermosa y emotiva para culminar la celebración y recordarnos la festividad de San Francisco Javier. En su homilía repartió perlas como "nadie es discapacitado para amar a Dios o para sentir Su amor" o la anécdota de un niño con síndrome de Down en su primera comunión: el obispo nos contó que el niño, el día de su primera comunión, no se acercó a comulgar; intrigado, el obispo le preguntó por qué no había comulgado y el niño respondió "¿usted se cree que yo soy tonto? Si me como a Jesús, ¿quién me llevará los regalos en Navidad?" Entonces el obispo nos afirmó que ojalá él y todos nosotros tuviéramos la misma fe que ese niño para creer que Jesús está ahí.

Otro detalle importante fue la asistencia que tenían los sordos para seguir la misa. Una mujer les traducía al lenguaje de signos lo que se decía y lo más bonito era ver cómo ellos repetían los mismo gestos de la intérprete en las canciones, contribuyendo de una manera tan especial al rezo.

Y muy poco antes de terminar, en cuanto se leyó el manifiesto, se añadió una puntilla que decía así: pedimos al señor obispo si puede bendecir a un atleta que el domingo correrá la maratón en representación de los discapacitados. Y el obispo me llamó al altar y me impuso su bendición para realizar una buena carrera y conseguir un buen resultado. Y yo, casi me muero de la vergüenza.

Luego me fui a comer y por la tarde visité el Canal de Panamá, pero eso os lo contaré otro día.

PD: Me sacaron alguna foto, pero todavía no la tengo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Corte solidario


Trabajar en una Fundación con niños especiales tiene sus ventajas. A menudo llegan colectivos que quieren poner su granito de arena mientras mejoran un poco sus habilidades, entiéndase mi caso como fisioterapeuta (mi experiencia laboral con niños con parálisis cerebral era mínima) o el de un grupo de chicas que están estudiando secundaria (rama "belleza") y que quieren practicar cortes de pelo y pintadas de uñas.


Si conocéis algún niño con parálisis cerebral o espasticidad, entenderéis que no es fácil controlar su cuerpo para que esté sentado en una silla y sin movimientos bruscos de tronco, brazos o cabeza: el miedo a cortarle la cabeza se palpaba en el patio. A algunos chicos incluso se les cortó el pelo acostados en una silla, pues eran incapaces de flexionar caderas y rodillas para para estar sentados.

También había chicos con síndrome de Down y otras patologías en los que el problema consistía en convencerles para que se dejaran cortar el pelo o, simplemente, se lo peinaran un poco. Pero fue una gran jornada y para terminar, yo mismo me apunté al corte. A menudo pasaba la profesora por ahí dando consejos sobre cómo hacerlo bien y cómo no (y yo no tenía un espejo delante para cerciorarme de que había más de lo primero que de lo segundo). Pero reconozco que el trabajo realizado no fue malo.



PD: Si alguno se lo preguntaba, a mí no me pintaron las uñas.

martes, 30 de noviembre de 2010

Mi próxima aventura

Viajar por el mundo ofrece la posibilidad de conocer a mucha gente y correr, la posibilidad de combinar los viajes con las buenas causas.

Resulta que en uno de mis viajes a Kenia tuve la suerte de tener que ayudar a una doctora panameña a encontrar dónde dormir y entrenar por la zona de Eldoret y ahora ella me ha invitado al maratón de Panamá para correr con la camiseta de su Fundación y así dar un poco de voz a los discapacitados. Es, sin lugar a dudas, la mejor combinación entre correr, viajar y arropar una buena causa. Pero no será nada fácil.

Panamá tiene un clima hostil y cambiante; pasa del sol a la tormenta en unos minutos y, casi siempre, con la humedad y el calor como ingredientes principales. La salida se dará a las 5am (nunca he corrido tan pronto y para una maratón, ¿a qué hora debería despertarme y tomar el "desayuno"?); a esa hora la temperatura mínima puede ser de 25º y todavía no habrá salido el sol. (Consultar clima)

Tales son las condiciones que la propia doctora me anima con sus comentarios: "nunca un keniano ha terminado la maratón", "algunos atletas acaban en el hospital por golpes de calor", "a diferencia de los demás maratones, aquí los avituallamientos son cada tres kilómetros", etc. Me recomienda que empiece a hidratarme desde la semana de antes (y más o menos me estoy obligando a beber más agua y más sales minerales), pero lo más importante, pienso yo, es la prudencia.

La maratón tiene un récord de 2h20'56" (Juan Carlos Cardona, de Colombia) desde el año 2000 y los organizadores, para darle emoción, premiarán un nuevo récord con 10.000$ extras (el primer puesto son 3000$). Pero lo cierto es que hace años que nadie se acerca a esa marca y el año pasado, por ejemplo, el podio fue 2h29', 2h30' y 2h43'. Yo, por si acaso, quiero empezar la carrera a 3'30" o 3'35" el kilómetro (alrededor de las 2h30' la maratón) y ver cómo se desarrolla todo.

No es una maratón que haya preparado ni una carrera que haré al 100%. Es, como dije antes, la opción de viajar, correr y sumarme a una buena causa; pero también quiero utilizarlo como experiencia para saber cómo el clima tan caluroso puede afectarme un una carrera. Creo que será una gran experiencia si no termino desfallecido y para conseguirlo, tengo que salir con calma. ¿Qué marca creéis que haré y a cuánto debería pasar la media maratón?

Tenéis toda la info posible, que no es mucha, en esta página web.

sábado, 27 de noviembre de 2010

El censo

¿Qué haríais un domingo cualquiera en un país que no es el vuestro y donde se prohíbe trabajar, salir o hacer nada fuera del hogar entre las 7 y las 17h? Pues en esta encrucijada me encuentro mañana. En Ecuador se celebra el censo 2010 de población y vivienda que, durante una semana, contará cuánta gente y cuántas casas hay en el país, una a una.

Desde hoy tenemos ley seca y a partir de mañana no se permite nada de lo que contaba. Ningún comercio estará abierto, ningún restaurante servirá comidas, las iglesias tienen prohibido celebrar misas; sólo los hospitales se salvan y, en todo caso, se necesitará un salvoconducto para acceder a ellos. Me pregunto qué pintamos los extranjeros en este censo y si podré salir a correr. Me apetece gozar de la carretera para mí sólo, sin coches, ni autobuses, ni camiones, ni motos. ¿Me parará la policía? Mañana me gustaría hacer una tirada larga, unos 25 o 30km de trote progresivo. A ver si lo consigo.

Y después, día de lectura. Ya he terminado "Hard Times" y hoy mismo he empezado "Aretes de Esparta", de mi amigo Lluís Prats; espero que no se me haga largo un domingo entero de lectura.

Y vosotros, ¿qué haríais?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Los jarronazos

No es del todo cierto que viva sin agua corriente, pero casi. La Fundación donde se encuentra mi humilde morada tiene servicio de agua de 5 a 8, tanto de la mañana como de la tarde. Eso significa que el grifo que tenemos en medio del patio escupe un hilillo de agua durante seis horas al día. Los demás grifos de la fundación no escupen nada porque no existen tuberías.

Lo mismo pasa con las cisternas de los baños o con la ducha: no hay agua allí. Para manejarnos, la fundación está llena de cubos, jarras, jarrones y similares que acumulan esas seis horas de agua. Un manguera fina y larga se encarga de nutrirlos todos y, según demanda, los vamos vaciando.

Cuando uno termina de ir al baño, no tira de la cadena; cuando uno termina de ir al baño se acerca al cubo de dimensiones industriales que hay en la entrada, llena una jarra de agua y la vacía en la taza (y así tantas veces como los restos necesiten para ser tragados; la experiencia es un grado aquí).

Para la ducha, un lugar distinto al del baño y que consiste en tres paredes opacas con suelo de cemento y un agujero pequeñito de desagüe, otro cubo con su jarra a juego hacen de suministro. De manera tan rítmica como sea posible, se llena la jarra y se vierte encima de uno. Y se repite y se repite hasta que uno quede limpio (no debe uno olvidarse que el brazo derecho también tiene que ducharse). Después a enjabonarse y otra vez lo mismo.

Por suerte, no tengo que hacerme la comida ni lavarme la ropa: de verdad que tendría serios problemas para hacer ambas cosas. En este caso, la Fundación se encarga de ello y no me preocupo demasiado en cómo lo hacen.

Después de algunos días, no es tan difícil como parece en un principio (aunque aquí nadie habla de comodidad, ¿eh?).

jueves, 25 de noviembre de 2010

Mi humilde morada

La Fundación "Por ti Jesús" me ofrece cobijo mientras hago el voluntariado, pero nadie me contó en qué consistía el alojamiento antes de llegar. Ahora, después de dos semanas por aquí, os cuento de qué se trata.

Es una habitación amplia entera para mí -la de delante la ocupa el otro fisio-, de unos cuatro o cinco metros por lado; el suelo es de madera natural y no hay ventanas, lo cual no significa que no haya los huecos para ellas. Por suerte, aunque suele llover todas las noches, no hace frío ni tampoco entran los mosquitos (esto de verdad que no lo entiendo, pero me gusta). Lo demás son paredes pintadas de color infefinido y techo de uralita; una mesa que hace de estantería, un somier vacío, otro con colchón que es mi cama y un armario. Nada más.

Las dos habitaciones, las únicas de toda la fundación, están encima de la oficina y a ellas se accede desde una escalera exterior de madera que me machaca mis cuádriceps adoloridos de tan empinada que es. Esa escalera tengo que subir y bajar cada vez que necesito ir al baño o a la ducha o a comer, pero eso no es lo peor: lo peor es que el agua funciona a "jarronazos". Mañana os cuento más; ahora un par de fotos de mi humilde morada.

martes, 23 de noviembre de 2010

Y la altura me la jugó (parte estadística)


En la gráfica podéis observar el desnivel (verde) y mi ritmo (azul);
veréis que alrededor del kilómetro 16 ocurre algo raro con mi ritmo: eso es una pájara. Hasta entonces mi ritmo era más o menos uniforme en consonancia con el perfil, pero allí el perfil seguía siendo favorable y mis piernas no alcanzaban mantener un ritmo fijo. No es verdad que me pusiera a 5' el mil, como dice el reloj, pero sí que algo no funcionaba bien.

En resumen, mis parciales de 5000 según los kilómetros de la carrera
fueron estos: 15'56", 15'34", 15'16" y 16'38", aunque según el GARMIN esos tramos medían 4852, 5162, 5029 y 4832m, respectivamente. Por lo tanto, haciendo la regla de tres sobre a cuánto iba cada cinco mil, los tiempos finales son así: 16'25" (+35m), 15'04" (-152m), 15'10" (-155m) y 17'12" (-77m), colocando entre paréntesis el desnivel parcial de cada tramo. El último 1097 (que en realidad medía 1250m+44m) lo corrí en 5'09", que es un ritmo de 4'08"/km.

Se ve claramente que perdí un par de minutos en el cuarto 5000 (o por lo menos 1'30") y también bastante en el kilómetro final. Pero lo mejor de todo es que con ello salí ganando: quedar 5º de la general equivalía a 200$ en metálico, pero ser 6º (y por
lo tanto el primero de la categoría 19-29), consistió en 160$ para gastar en las tiendas SPORTIME y 35.000 millas de American Airlines que, según el subtítulo, equivalen a un pasaje de avión a EE.UU. (lo que no sé es a cuánto equivale si salgo desde España, pero también suena muy bien).

Los resultados completos, aunque no fáciles de consultar, están aquí. Y algunas fotos las podéis encontrar aquí.



PD: Lo peor de la carrera, por ponerle un "pero", es que los cuádriceps todavía me arden. Y tengo que recuperarme pronto, que la semana que viene tengo una nueva aventura.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Y la altura me la jugó

Pensar que la altura no me iba a afectar era una ilusión; sabía que me afectaría, pero no de esta manera, tan de repente, tan letal.

La mañana empezó fresca, con unos 6 o 7ºC según los termómetros publicitarios de la calle, y la salida se dio unos minutos después de las seis de la mañana. Yo me había levantado a las cuatro y salí del hotel en busca de desayuno. ¿Dónde se desayuna un domingo a esas horas? Una opción era tomar pollo frito con patatas de un local de 24 horas, pero me decanté por la gasolinera de al lado: dos magdalenas y un Nesquik. No es lo mejor, pero algo era.

Los primeros kilómetros los hice con el grupo de cabeza (éramos unos ocho o nueve), cerrando y midiendo mis esfuerzos. Íbamos a 3'15" más o menos, que no está mal para estar a 2800m sobre el nivel del mar. Mis piernas aguantaban bien, pero al primer arreón preferí calmarme. Cedí unos metros, como hacían otros y me puse a mi ritmo.

A partir de ahí empezó la bajada (era el kilómetro 5) y los de delante, un grupo de seis, se alejaban. Yo seguía a la mía hasta que me atrapó un corredor que iba a buen ritmo. Aunque me costó, me pegué a él y ya casi no nos separamos, haciéndole la goma un poco de vez en cuando y capturando a dos valientes que se pasaron de ritmo: los otros cuatro eran inalcanzables.

En ese momento, pensando que podía quedar 5º (había dinero para los cinco primeros) tensé y descolgué un poco a mi rival, pero ni fue mucho ni duró demasiado. Después de una bajada suicida en el trece, pensé que tenía que regular un poco, confiando que al esprint también se puede ganar. Nos juntamos de nuevo y, en el 16, peté. Fue algo así como un muro maratoniano: quedarse vacío de repente, sin fuerzas para mantener un ritmo digno y, lo que es peor, pensando si se será capaz de llegar.

Mi compañero de fatiga me sacó algo más de un minuto desde ahí hasta la meta; por suerte, mi perseguidor también andaba fastidiado y no me pudo atrapar.

Así fue la media maratón Mitad del Mundo: una carrera rápida con la condición de estar adaptado a la altura. Se ganó con 1h04'29" mientras que yo hice 1h08'35". No digo que la pueda ganar, pero es una carrera muy bonita de hacer, muy táctica para distribuir las fuerzas (el último kilómetro es un cuestón tremendo) y que ya tengo en mente poder repetir. Por si fuera poco, he caído bien a los de la organización (y ellos a mí) y podremos hablar más adelante sobre mi regreso, con una ayuda para el viaje.

La próxima entrada: un análisis estadístico para ver cómo se corre cuando hace bajada (kilómetros por debajo de 2'50") y cómo se peta por no estar adaptado a la altura.

Toda la info, en www.quito21k.com

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi plan


Descubriendo que es peligroso apuntarse a los planes de los demás, el próximo fin de semana lo he diseñado yo (bueno, lo diseñé ya hace tiempo cuando supe que el mes de noviembre lo pasaría en Ecuador). El próximo domingo me iré a la Mitad del Mundo.

La Mitad del Mundo es un lugar y monumento que está 240m al sur del Ecuador, pero que cuando lo construyeron creían que acertaban. Está tan cerca de Quito (unos veinte kilómetros) que lo mejor es ir corriendo y así se inventó la Media Maratón Mitad del Mundo. Ese es mi plan para el domingo.



La verdad es que tengo una gran curiosidad por esta carrera porque no se parece en nada a cualquier media maratón que haya corrido antes; me explico. La salida es a las seis de la mañana, en la céntrica plaza de toros (2783m) y hasta el kilómetro cinco se va ascendiendo (2820m), pero a partir de ahí... baja que bajarás y vuela que volarás. Los próximos catorce kilómetros tienen un desnivel a favor de 412 metros, hasta el km. 19 (2408) y de nuevo se sube un poco hasta la meta (2453m).

Y yo me pregunto ¿cuánto afecta la altura y cuánto beneficia la bajada para que cada año se gane con 1h04'? De verdad que estoy intrigado y me cuesta tener que esperarme hasta el domingo para descubrirlo. ¿Qué marca pensáis que puedo hacer yo en una carrera como esta?

lunes, 15 de noviembre de 2010

Romería

Mi estancia en Ecuador será de sólo cinco semanas (digo sólo, porque cuando hablo con los locales me dicen “eso es poquiiito”). Por lo tanto, cualquier plan que se organice a mi alrededor es de mi interés: el sábado tuve barbacoa en la finca de un chico (kilómetros y kilómetros de plátanos y, al terminar, un prado con un río y varios toros; ahí fue la barbacoa) y ayer domingo, romería. He aquí lo que fue la romería.

El autobús tenía que salir de delante de la Fundación a las 2am. Yo, pensando que la puntualidad sudamericana no es muy buena, me acosté con la alarma a la 1:50. Y de repente me llamaron, diciendo que el autobús ya estaba allí y que nos íbamos. Me sorprendió que la alarma no sonara y lo preparé todo rapidísimo, sin despertarme del todo todavía. Salí a la calle y miré mi reloj: medianoche. Eso no me cuadraba mucho pero lo cierto es que el autobús estaba ahí y pronto nos iríamos.

El autobús era feo. Tenía 40 plazas y, como éramos alguno de más, se añadieron sillas de plástico en el pasillo para que nadie anduviera de pie. Los asientos, viejos, eran bicolores: ocre pastoso y verde dolor-de-barriga. Pero lo peor fue la música: algo parecido a mariachis, al máximo del volumen y con las luces a juego cuando al conductor le daba la gana. Dormir no era una opción.

Con este panorama llegamos a Montecristi, lugar de nacimiento de Eloy Alfaro, pero también conocido por tener el Santuario de la Virgen de Montserrat (las comparaciones son odiosas, pero en nada se parece ni iguala a nuestra queridísima Moreneta). Eran menos de las cinco de la mañana y las calles ya estaban llenas de devotos y vendedores. Nosotros bajamos del autobús y yo me apunté al grupo que iría a venerar la imagen de la Virgen (algo parecido como dar el abrazo al apóstol en Santiago). Hicimos una hora de cola, más o menos, y conseguimos nuestro objetivo. Después, misa de 7 que empezó un poco más tarde porque la de 6 se había alargado. Y aquí sí se podía dormir; lo siento por el cura, que parecía dar un sermón muy bonito (y que al terminar nos pidió, a los que estuviéramos despiertos y con fuerzas, que nos levantáramos para seguir con la ceremonia; qué majo).

Después de la misa, desayunamos y compramos algo, antes de subir de nuevo al bus y hacia Manta, para bañarnos en la playa. El día no era soleado y me bañé más por decir que lo he hecho en el Pacífico que porque tuviera ganas, llevándome conmigo varios granos de arena finísima que eran imposibles de eliminar. Y comimos en los restaurantes de la playa y, ya muertos, subimos de nuevo al bus (eran las 5pm) de regreso a casa: ahí empezó el calvario.

Al parecer, a los ecuatorianos les gusta mucho “tomar” y a eso se dedicaron en el viaje de vuelta. Se compraron varias botellas de “cristal” y dale por aquí y dale por allá. A mi me ofrecieron pero no me hacía mucha gracia tomar un alcohol que no conocía, en un autobús tan feo y con gente que no eran mis amigos; vamos, que no lo veía yo muy claro.

La música siguió alta-altísima, los ecuatorianos cantando y las botellas vaciándose. Mientras tuve luz, me dediqué a leer “Hard times”, de Charles Dickens, y pensaba que sus protagonistas no lo estaban pasando tan mal como yo. Mi compañera de asiento, ¿35 años?, empezaba a andar perjudicada y varios boludos la cortejaban. Mientras, en el pasillo, la gente daba consejos de los más sabios: “a los borrachos hay que darles mentol para que se espabilen”, “para ligar hay que hacer así”... El segundo consejo me dio náuseas incluso a mí. Imaginaos que una mujer un tanto obesa (algo parecido a Úrsula en la Sirenita) comenta esa frase mientras cierra los ojos, frunce los labios y se acerca lentamente a la cara de su entrevistado.

Fuera por esa imagen o por el alcohol que ya no se podía tolerar, mi compañera acabó vomitando un poco y salpicando otro. Por suerte me ofrecieron cambiarme de asiento, pero lo que más deseaba era llegar a la Fundación. Incluso me preguntó Úrsula si estaba enojado y, al contestarle que sí, me quiso explicar tantas y tantas cosas que opté por hacerme el dormido; sólo me faltaba la verborrea de una borracha que, cada cierto tiempo, gritaba por el pasillo “¡¡¡que me oriiiinooo!!!”, para que el conductor parara un momento.

Incluso las paradas llegaron a ser molestas porque si, por casualidad, el conductor paraba en una gasolinera o lugar habitado, la gente bajaba en masa para comprar más botellas, mientras en la puerta del baño se formaba una cola bien larga.

Y sobre las 9 de la noche llegamos a El Carmen para encontrarnos que no había luz. Me habría gustado ducharme un poco, pero otro día os cuento cómo se vive sin agua corriente, ¿ok? Total, que me quité la ropa, me puse el pijama y en menos de dos minutos ya estaba durmiendo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Qué hago en Ecuador?


Ya llevo varios días en Ecuador y muchos os preguntaréis qué me trae por estas tierras. Hará casi un año, me puse en contacto con AISEESP (la Asociación Internacional de Sanitarios en España) que tienen proyectos de cooperación en Ecuador para los que necesitan médicos, enfermeros, psicólogos y fisioterapeutas, entre otros. Casi nunca se requieren fisioterapeutas para estos proyectos, así que me hizo mucha ilusión descubrir que alguien contaba con nosotros.

En ese momento no pude ir, por tener demasiadas competiciones en mente, pero este otoño era distinto. Ya desde el verano (y viendo que la opción de ir a Etiopía era bastante difícil), empecé a pensar que si corría una maratón en octubre (al final fue en noviembre) podría irme luego un par de meses a Ecuador hasta Navidad. En esa época no me perdería demasiadas carreras, aunque sí es verdad que me sabe mal no ir a la Behobia ni a la media de Mataró, pero aquí también he descubierto algunas competiciones que más adelante os contaré.

Total, que AISEESP me puso en contacto con la Fundación "Por ti Jesús", del cantón de El Carmen, en la provincia de Manabí, a 168km de Quito. Yo he tenido que pagar el viaje (675€) pero ellos me ofrecen el alojamiento (algún día os comentaré qué significa "alojamiento" por aquí) y la comida. Y mi trabajo consiste en realizar tratamientos de fisioterapia a los pacientes, muchos de ellos con problemas neurológicos o parálisis cerebrales infantiles, aunque también hay algo de traumatología. La mayoría es gente sin recursos que, si pueden, pagan 30$ al mes para recibir terapia todos los días que lo necesiten (si no pueden, se puede llegar a un acuerdo).

Así que esta es mi vida en Ecuador, hasta el 14 de diciembre que tengo el regreso a casa. Trabajo de 8 a 12 y de 14 a 17, e intento salir a correr a las 6 de la mañana y conectarme a internet al terminar la jornada (cuando en España es media noche).

miércoles, 10 de noviembre de 2010

De compras

Han llamado del aeropuerto para decir que mañana enviarán mi maleta a El Carmen, cerca de Santo Domingo de los Colorados (que ahora se llama Santo Domingo de los Tsáchilas) y sólo espero que esté entera. Llevo desde la maratón de Zaragoza sin correr y, aunque el descanso también es bueno, ¡¡¡quiero correr!!! En la maleta están mi ropa y mis zapatillas.

El caso es que para evitar vestir todos los días igual, al día siguiente de llegar a Ecuador (el martes), de camino a El Carmen, me fui de compras por Santo Domingo. En Quito cogí el autobús ese que os contaba del descenso de casi 3000 metros hasta el nivel del mar. Las vistas eran bonitas, pero tenía tanto sueño que me las perdí casi enteras. Tras dos horas y media, ya estaba en Santo Domingo y mi teléfono ya no funcionaba. Al parecer es por aquello de tribanda o cuatribanda: en Quito coge señal, pero fuera de allí ya no. Así que quien tenía que esperarme allí no aparecía y fue algo difícil de conseguir. Pero pasó algo más de una hora y nos encontramos. Nos fuimos a comer.

Después de comer, me llevaron a una tienda de ropa, de las que tienen de todo. En la planta baja escogí dos camisetas (turquesa y morada) y un polo (rosa); en la planta principal, en el mostrador de la izquierda, un pantalón (blanquecino); en el mostrados de la derecha, tres pares de calcetines y tres calzoncillos. No hace falta decir que el calor de Ecuador (nada parecido al frío que debéis de tener ya en España -¿o todavía no?-) casa muy bien con estos colores. Hoy, para trabajar, he estrenado el polo rosa. Y todo ello, por 48$ (35€). Hacía mucho tiempo que no me iba de compras y estoy orgulloso con el producto. Algún día os colgaré fotos.

PD: la próxima entrada: ¿qué hago en Ecuador?

martes, 9 de noviembre de 2010

Primeras horas en Ecuador

Terminada la maratón (o casi) de Zaragoza, llegué a mi casa la tarde del domingo 6; era el momento de deshacer la maleta, hacer otra más grande y cenar un poco. A las 5:50 de la mañana del lunes tenía puesto el despertador y a las 9:35 (aunque luego hubo retraso) subía a mi primer avión del día: Barcelona-Madrid. En Madrid, transbordo rápido y corriendo para no perder el Madrid-Bogotá, que estuvo lleno de turbulencias y "sólo" duraba diez horas. En Bogotá, una hora y media de transbordo para subir a un AeroGal (aunque en mi billete ponía Avianca) hasta Quito. Este avión de AeroGal, que creo que lo estrenábamos, era un Airbus 320 pero con todas las comodidades. El vuelo era de 70 minutos y me dio tiempo a ver en mi pantalla personal un capítulo de House, un recopilatorio de Just for Lags y terminar jugando al Golf.

Llegué a Quito a las ocho de la tarde, pero para mi reloj español ya eran las dos de la mañana. Luego, casi una hora de cola para el control de pasaportes y... ¡¡sorpresa!! tu maleta no ha llegado. Otro bastante de espera para saber dónde estaba o dónde reclamar y, finalmente, taxi hasta el centro (10$). El taxista, un hombre de unos 80 años que de más lento casi no llegamos a la ciudad, me dejó en la plaza de Santo Domingo y me aconsejó algún que otro hotel. Mis preferencias eran claras: barato, limpio y con agua caliente. Acerté con el Hotel Huasi Continental, que por 8$ (me descontaron uno) me ofrecieron una habitación triple sin baño, pero que me servía el baño del pasillo con agua caliente.

A las 11 de la noche hora local (las 5 de la mañana en España) me metía en la cama. La calle de abajo ha sido un poco ruidosa, pero he dormido bien. Esta mañana, a las 6 ya estaba en pie y después de desayunar (que empezaba a las 7) he comprado una tarjeta sim local y ya puedo estar localizable, aunque no sé cuál es mi número.

Ahora tomaré el trolebús hasta la estación de autobuses y dos horas y media después estaré en Santo Domingo de los Colorados; lo más impactante del recorrido es que pasas de casi 3000 a nivel del mar en 130km. Si sobrevivo, os lo contaré más adelante.

domingo, 7 de noviembre de 2010

No pudo ser

No resulta fácil escribir una entrada en el blog después de retirarse en una maratón. La maratón es una carrera distinta a las demás, tiene su entrenamiento físico específico y su motivación psicológica particular. El primer asunto, frente a una carrera de estas características, es escoger cuál correr. Las opciones siempre son varias y los motivos para decantarse por una y descartar otras, innumerables. Quería hacer Frankfurt, porque el circuito es bueno (fíjate, el ganador corrió en 2h04'57" este año) pero no sabía si tendría grupo y la organización no me ayudaba con el viaje ni el hotel. En Zaragoza, en cambio, el circuito parecía bueno (aunque engaña un poco, seamos francos) pero la organización se esmeró en que todo estuviera a mi favor. La elección era difícil y me pudo el riesgo.

Uno siempre confía en sus posibilidades y cree que todo es más sencillo de lo que parece. En Barcelona, hace varios meses, corrí en 2h18'53" y pensé que podía hacer menos; quizá no sería tan difícil mejorar esta marca en Zaragoza y, vistos los resultados del año anterior, ganar la prueba. Reconozco que me pudo la vanidad o, en todo caso, la rentabilidad. Hacer 2h17' en Frankfurt suponía pagarme el viaje y quedar el 25º (por lo menos); hacerlo en Zaragoza significaría (si ganaba la carrera) ganar 2000€ y la repercusión mediática de una victoria, que se puede rentabilizar luego en patrocinios. Vanidad o no, los atletas vivimos de esto y correr en Zaragoza era una apuesta: podía salir bien o podía salir mal. Y ha salido mal.

El día amaneció espectacular para correr. Una lluvia de corta duración limpió el aire y no soplaba el viento, pero los zaragozanos saben que después de esta ducha llega en cierzo: la nube se va y le abre las puertas, no hace falta añadir que las abre de par en par.

El plan (el que escribí en mi post anterior) era sencillo de redactar, pero no tanto de poner en práctica. Mi primer 10.000 lo crucé en casi 33'00" pero no me importaba mucho; seguía pensando que la carrera más inteligente sería de menos a más y ahorrar en los primeros kilómetros era una buena elección. Seguí más o menos al mismo ritmo y la media fue a 1h10' pelada. No era éste el plan y de vez en cuando me llegaban pensamientos negativos (no lo vas a conseguir, se te va a hacer muy largo, estás aflojando mucho...), mientras el cierzo soplaba más y más fuerte. A favor ayudaba un poco; en contra destrozaba al más optimista. La organización ataba los puntos kilométricos a las farolas y les añadía piedras en los pies para que no salieran volando. Cada vez era más difícil pensar qué tenía que hacer.

Mi ritmo de competición tenía que ser por debajo de 3'20" (me habría encantado competir a 3'15") pero varios kilómetros me salían a 3'30". Los números no cuadraban y, sin petar mucho más, la marca se acercaría a las 2h25'. No era éste el plan y la apuesta que había hecho estaba casi perdida. Podía seguir, intentar llegar a meta y descubrir que si quiero, puedo. Pero mi apuesta estaba perdida y llegar a meta no era un consuelo.

Retirarse en una maratón es muy traumático, porque se ha preparado a conciencia, se ha renunciado a otras carreras para hacer ésa. Aunque no sea cierto, a uno le entra la sensación de que ha perdido el tiempo. Yo sólo intento convencerme de que he perdido la apuesta, pero no el tiempo. Y he aprendido que la próxima vez quizá tengo que conocer un poco más las reglas del juego y pensar que no todo resulta tan fácil. Aunque ha sido una derrota deportiva, ha sido una gran lección. Ojalá las próximas lecciones no escuezan tanto.

jueves, 4 de noviembre de 2010

El plan

Este domingo se celebra la maratón de Zaragoza (y no es la única, también están la de Nueva York y la de Beirut, como mínimo), pero yo me quedo con el producto nacional. El plan es, a grandes rasgos, mejorar mi marca personal de 2h18'53" que hice el pasado mes de marzo en Barcelona.

En Barcelona pasé la media maratón en 1h08'00" y luego casi 1h11'; la idea es, por lo tanto, ser más prudente. Me conformo con 2h17' pero me gustaría hacer 2h16'. Quiero correr a 3'15", pasar a 32'30" el 10.000, a algo menos de 1h09' la media y mantener el ritmo el mayor tiempo posible. Tener la sangre fría para seguir manteniendo el ritmo incluso si me encuentro muy suelto; pasar el kilómetro 30 a menos de 1h38'00" sería perfecto y sólo a partir de entonces, si todavía voy muy suelto, empezar a pensar que puedo apretar.

El pulsómetro será un gran aliado. Corro con comodidad a menos de 160 pulsaciones por minuto. Si paso de esta barrera, mi cuerpo se va a resentir más pronto que tarde, así que andaré atento a este detalle.

Sé que puedo terminar con fuerza y espero (y deseo) que los tres etíopes que corren la maratón de Zaragoza empiecen a flojear con el paso de los kilómetros. No les conozco ni sé sus marcas personales (ni donde las han conseguido) pero hablan de algo así como 2h14' o 2h15'. Si consiguen estos tiempos será difícil que les gane, pero la experiencia me dice que salen demasiado fuerte y poco a poco van pinchando. La carrera puede ser, a priori, algo así como "corre que te pillo": les dejo un poco de ventaja (más que dejarles ventaja, es que creo que saldrán demasiado fuerte como para seguirles) y luego a esperar si con el paso de los kilómetros les alcanzo.

No será fácil, pero ganar la maratón de Zaragoza es quizá el objetivo que más me tienta (aunque va emparejado a mejorar mi marca personal). De todos modos, el domingo a las 9 de la mañana se da la salida para todo el mundo; estáis invitados.

martes, 2 de noviembre de 2010

Embajador

Ayer olvidé mencionar que ASICS no sólo me da el material para correr sino que además me ha nombrado embajador de la marca. No es para menos, después de saber que me gusta tanto viajar. De hecho, poco faltó para que en estas fechas me encontrara en Etiopía.

El pasado verano salió una oferta de voluntario para el hospital de Gambo (Etiopía) de manos de la fundación Fontilles. Querían a un fisioterapeuta para pasar seis meses en ese hospital y yo me apunté enseguida; pero no fui seleccionado. Una lástima, la verdad, pero ya tengo previsto otro destino (aunque no será tan largo, claro): el próximo lunes, después de mi maratón de Zaragoza, me apunto a unas vacaciones solidarias de cinco semanas para hacer de fisioterapeuta.

PD: Ya os mantendré al corriente de cómo me va.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Resumen 2009-2010

La temporada atlética 2009-2010 ha llegado a su fin y hoy empieza la siguiente. Es más un trámite burocrático que una forma de planificar la temporada (sólo hace falta ver que una de las competiciones más importantes que tendré es este domingo: maratón de Zaragoza). Sin embargo, es el momento de cambiar de club o confirmar que sigo en el mismo, de hacer balance de los resultados de todo un año, etc. He aquí el resumen.


Este año debuté con el Laietània de Mataró, equipo donde ya militaron mi hermano Enric y también mi madre. Mi primera competición con ellos fue la Behobia y no pudo empezar mejor: 3º detrás de Rafa Iglesias y Chema Martínez. Los éxitos se han sucedido hasta mejorar tres de mis marcas personales (5000m.l., media maratón y maratón), revalidar mi título de campeón de Catalunya de media maratón y quedar 2º en pista en el 5000. Por todo ello, y por el excelente trato que he recibido en el club, me quedo un año más -por lo menos- en Mataró.


En el apartado de la estadística, mi marca de 5000m.l. (14'09"28 conseguida en el meeting de Mataró) ocupa la cuarta plaza en el ránking catalán y la 16ª en el español. En media maratón (1h04'57" en Barcelona) estoy segundo como catalán y octavo como español. Y en maratón (2h18'57" en Barcelona también) de nuevo soy segundo catalán y 12º como español. A nivel europeo, sobre las 30 mejores marcas, todavía no aparezco en ninguna prueba. Podría ser el objetivo de la temporada que empieza, aunque no será nada fácil (las marcas trigésimas europeas son éstas: 13'39"45, 1h03'43" y 2h14'05").


Pero sin que sea fácil, varios son los que confían en mí. La semana pasada firmaba un acuerdo de colaboración con ASICS y sigue vigente el que tengo con COMPRESSPORT. En época de vacas flacas, se agradece todavía más esta ayuda y, por lo tanto, mis ambiciones para la próxima campaña tienen que ser ambiciosas: bajar de 1h04'00" en media maratón y de 2h15'00" en maratón; revalidar mi título de campeón de Catalunya de media y conseguir subir al podio en el campeonato de España (este año fui séptimo). ¿Lo veis factible?

jueves, 28 de octubre de 2010

Tiempo de mujeres

La cursa de la dona (carrera de la mujer) de Barcelona no fue la única marea femenina con zapatillas el pasado domingo. Si en la capital catalana se reunieron unas 10.000 mujeres, en la de Colombia (Bogotá) fueron 16.000. La carrera de la mujer es un fenómeno creciente y trasciende fronteras.


En Barcelona ganó Mari Carmen González, mi compañera en el Laietània, con sus novísimas zapatillas rosas y por delante de la marchadora María Vasco. En Barcelona, todas las mujeres corrieron (o medio correron-medio andaron) una distancia de 4 kilómetros, mientras que en Bogotá había varias distancias: 12km para las élite, 8 para las populares y 4 para el resto (40 años o más y menores de 18) y una caminata no competitiva de 2,5 kilómetros para "mamás y bebés en coche".


Otro detalle a tener en cuenta es que Bogotá está a 2600 metros sobre el nivel del mar. De este modo, los 42'45" (a 3'33") de Yolanda Caballero, representan un resultado nada desdeñable. No en vano, correr tanto le valió un "Carro Chevrolet Spark".Y me pregunto si los demás premios son en dólares americanos o no, porque tienen muy buena pinta.


La información sobre la Cursa de la dona, aquí. Y sobre la carrera de la mujer de Bogotá, aquí. Lo cierto es que he buscado por internet y las mujeres están conquistando el mundo: Panamá, París varias ciudades en España. ¿Eres mujer y todavía no has participado en ninguna? Venga, que no cuesta tanto.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La imaginación al poder


Entretenido artículo el de Lluís Simon en El Punt de hoy: "La imaginació al poder" (en la parte derecha de la página podréis traducirlo al idioma que queráis).


A raíz de la excusa de Alberto Contador para defender su positivo de Clembuterol, el periodista repasa la historia reciente de cuentos chinos sobre cómo negar un caso positivo. Se cita el alargamiento de pene de LaShawn Merritt, el beso de un tenista francés con una chica muy colocada de cocaína, la pasta de dientes de Dieter Baumann, la anestesia del dentista de Gilberto Simoni a base de cocaína, el hermano gemelo de Tyler Hamilton que nunca llegó a nacer...


En fin, un artículo curioso. ¿Os suenan historias parecidas?

martes, 26 de octubre de 2010

El Primer Pa


Después del percance en el maratón de Amsterdam (se retiró por dolores en el tendón de aquiles), Sergio Enríquez ha iniciado su vida de panadero. Su negocio, abierto desde el pasado viernes en El Prat, empieza a servir a los clientes. Los inicios siempre son algo difíciles, pero estoy seguro que el empeño de Sergio dará sus frutos (y no penséis que deja de correr, porque sale a entrenar mañana y tarde y en Zaragoza será mi liebre).


Aquí os dejo una foto con su nuevo uniforme, frente al mostrador. Para los que viváis cerca, recordaros que es época de panellets y que él los vende a 29€/Kg, como oferta de apertura. Podéis encontrar la panadería en la calle Palamós, 8 de El Prat de Llobregat y con horario continuo de 5:30 a 21:30 (los domingos de 6:30 a 15:00).


PD: ¿Habías visto alguna vez un panadero con los pómulos tan marcados?

viernes, 22 de octubre de 2010

Un tema de huevos


Apareció hará un par de meses por casa y es ya la mascota principal. Una tarde de agosto, unos niños llamaron al timbre llevando una gallina en brazos, preguntando si era nuestra. No lo era, pero estaban tan cansados de preguntar puerta por puerta que accedieron gustosos a que me la quedara. Al parecer, la gallina vagaba por la urbanización como Pedro por su casa. ¿A quién se le escapa una gallina hoy en día? El caso es que no es una gallina normal.


Le construímos un gallinero mi hermano Nico y yo. Y durante semanas se ha ido actualizando para evitar que se escape de nuevo, pero resulta imposible. El gallinero actual mide más de 10 metros cuadrados y a la maldita gallina le parecen demasiado pocos. Su lugar preferido para dormir está fuera; su lugar favorito para poner huevos, también; y su dieta más nutritiva (el compost que producimos con todo el desperdicio orgánico), también. Le gusta pasearse por el huerto (por suerte ahora sólo hay patatas y no fastidia mucho) pero también por la terraza y el patio, dejando varias "minas" que sacan de quicio a mi madre. Y a veces desaparece: se va al bosque que hay detrás de nuestra casa en busca de Dios sabe qué.


Pero lo más importante es que cada día, entre las 9 y las 10 de la mañana, pone un huevo. Y por eso le permitimos todavía la existencia. Son pequeños, oscuros, frescos (aunque a veces todavía están calientes), con una yema jugosa y colorada, con una clara densa y nutritiva. En fin, unos huevos fantásticos procedentes de la gallina más en forma que he visto nunca. Me gustaría comprar alguna más, pero no lo haré hasta que me asegure de que el gallinero funciona como tal (de no ser así, me madre hará rodar cabezas).

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Eres de 1940?

El triatlón de Barcelona destapó lo que muchos llevamos tiempo observando: cada vez hay más gente que disfruta practicando deporte. El próximo domingo se celebra la carrera de la mujer de Barcelona, con 10.000 dorsales ya agotados y estableciendo un récord en cuanto a participación femenina (podemos compararlo con la maratón de Barcelona, que tuvo 10115 corredores llegados a meta).

Después del derrumbe del ladrillo, quizá la gallina de los huevos de oro sea el deporte. La ventaja que tenemos es que la oferta es enorme y podemos escoger dónde queremos gastarnos los 20, 40, 60€... que cuesta la inscripción y, con un poco de suerte (o marketing), encontrar ofertas atractivas como las de la maratón de Vancouver:
  • Los primeros 40 inscritos pagan la cuota de 1972 que fue de 4 dólares canadienses (2,81€)
  • Los primeros 40 inscritos en la media maratón tienen un 40% de descuento
  • ¿Naciste en 1940? Corre gratis.

No hace falta añadir que las dos primeras ofertas se han agotado, pero todavía estás a tiempo de apuntarte gratis al maratón del 1 de mayo de 2011.

domingo, 17 de octubre de 2010

Garmin Triathlon Barcelona

Ha sido una mañana fantástica, aunque para los que no estamos habituados al trasiego del triatlón, un pelín caos. Los élite salían a las 8:10 de la mañana (Javier Gómez Noya, Marcel Zamora, Josemi Pérez, Xavi Llobet, Mario Mola...); luego empezaban las oleadas de triatletas distancia olímpica: 9:00, 9:10, 9:20, 9:30, 9:40 y 9:50; a las 9:50 también salían los equipos de relevos (mi nadador era Marco Rivera); y a partir de las 12:00 y hasta las 12:40, de nuevo había salidas -en total cinco- para los triatletas de distancias sprint y supersprint.

Podéis imaginar que en la zona de boxes (donde se guardan las bicis) no paraban de llegar triatletas mojados que salían corriendo con la bici al lado -no se puede subir a ella hasta la salida de los boxes- o triatletas corriendo con la bici al lado que la aparcaban y seguían corriendo sin ella. Y de repente, llega Marco Rivera hasta donde estábamos Patxi Vila (mi ciclista) y yo. Se quita el chip, lo coloca en el tobillo de Patxi y éste arranca con la bici al lado. A partir de entonces llegan otros nadadores de los demás equipos (Dani Serra, Erika Villaécija...).

Desde los boxes no podemos seguir la carrera de los ciclistas y nos limitamos a esperar mientras hacemos un limitado calentamiento. Siguen apareciendo triatletas (de los mojados y de los que corren con la bici al lado pero que habían salido quizá a las 9:00 o a las 9:10 o un poco más tarde); lo único que sé es que mi ciclista iba el primero de los relevos al empezar su prueba. Y llega Patxi Vila (su entrenador ha llegado un par de minutos antes para decirme que me prepare y que lleva una ventaja al segundo de más de un minuto).

Se detiene junto a mí, le quito el chip, me lo coloco y empiezo a correr. Si hasta ahora había un poco de caos, ahora empieza lo peor. Imaginaos que estáis en la maratón de Nueva York, que queréis hacer una buena carrera y que os mandan salir el último: algo así me pasó a mí (y a Patxi en su segmento de bici). Yo empezaba fresco y delante de mí tenía centenares de triatletas que llevaban encima un buen tute; su ritmo era flojo y me he pasado toda la carrera decidiendo por dónde adelantar al siguiente atleta o grupo de atletas. Y por si fuera poco, sin notar que por detrás viniera el segundo clasificado. En fin, una carrera extraña en la que quería encontrar buenas sensaciones a la vuelta de Kenia y puedo decir que, pese a la dificultad, me he visto fluido. Creo que estoy en forma.

Al final, primera posición para nosotros y un minuto y veinte segundos más tarde ha llegado el segundo equipo (Erika Villaécija, Ibon Zugasti y Jaume Leiva). Los resultados completos, aquí; por desgracia, no salen los parciales de los relevos.

PD: como ganadores, nos hemos llevado un GARMIN Forerunner 310 cada uno.
PD2: todavía no tengo fotos; espero colgarlas más adelante.

sábado, 16 de octubre de 2010

Un poco de triatlón

Un poco de triatlón significa que no lo haré entero, haré el tramo final que es como una carrera de 10km pero con salidas escalonadas.

Mañana se celebra el Garmin Triatló de Barcelona y entre las categorías olímpico, sprint y supersprint se ha colado la de relevos: uno nada, otro pedalea y el útlimo (ese soy yo), corre. Mi equipo es el TRIDEBOER ÉLITE; vamos de blanco y espero que paséis por la zona de la Mar Bella para disfrutar de una mañana entretenida.

Espero tener por la noche de mañana una crónica con fotos colgada en el blog.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La despedida de Iten

Mañana por la mañana toca hacer las maletas. El avión de regreso a España sale el viernes a las 8:10, por lo que lo más sensato es dormir en Nairobi (aunque la primera vez que estuve en Kenia cogí un autobús nocturno hasta la capital y todavía me sobró tiempo, pero Sergio tiene una maratón el domingo y no hay que tratarle mal).

Abandonar Kenia siempre me produce pena, aunque por otro lado lo esté deseando. A nivel atlético, llega el momento de competir, de demostrar que los entrenamientos aquí han sido duros y, con un poco de éxito, recuperar la "inversión". Pero a nivel de las amistades, siempre son difíciles las despedidas; a veces pienso que en esta parte del mundo me he creado un círculo de amigos más estrecho que en Sant Pol o alrededores, y es duro decir "hasta enero o febrero, espero".

También el entorno juega un papel importante. Al lado de Too Guest House está Saint Patrick's school (aunque no existen rankings, el vox populi dice que es el colegio con más antiguos alumnos que han llegado a ser medallistas olímpicos, casi nada). Y frente a él está el Sacred Heart's school, con la iglesia católica de Iten. Allí suelo ir un ratillo por las tardes, justo antes de que oscurezca. Es una iglesia de contrucción típica misionera: nave única con ventanas a ambos lados, bancos irregulares y toscos sin respaldo y decoración mínima. La calma es absoluta.

Hoy se me ha hecho tarde y ya era oscuro cuando he llegado. El vigilante, que sólo hablaba swahili, ha entendido que mi intención era pasar un rato en la iglesia. Él esperaba fuera y, mientras me acompañaba hasta la puerta principal del colegio, ha tenido tiempo de decir que era mi rafiki (amigo) y que por qué no le regalaba mi viatu (zapatos/zapatillas). No ha tenido esa suerte.

Ya fuera, en el camino que hay entre ambas escuelas, los eucaliptus perfumaban el ambiente mientras millones de estrellas aparecían en un cielo infinito. Los cielos de Kenia son impresionantes; casi se puede ver la curvatura de la bóveda de tanta distancia que abarcan. Y los eucaliptus, ¿sabíais que no son originarios de Kenia? Cualquiera lo diría, porque están en todos lados y los grandes alcanzan quizá los 30 metros de altura. Parece que los trajeron los británicos para decorar el país o para que produjeran madera, pero lo cierto es que el gobierno de Kenia permite a los habitantes del país el talarlos porque consumen demasiada agua. Creo que es el único árbol que se les permite talar de forma oficial.

Todo esto quedará atrás dentro de un día y pico. Por un lado me apetece volver a casa, pero por otro me quedaría aquí más tiempo (bastante más tiempo). De todos modos, creo que en febrero (o incluso enero) estaré de vuelta. Ya no falta tanto.