viernes, 28 de enero de 2011

Las patatas


Como os contaba hace unos días, las patatas ya están sembradas; pero no es del todo cierto. El que sabe de esto es mi abuelo y yo soy un simple aprendiz que lo intento mucho y consigo poco. Las patatas para sembrar se pueden comprar a granel o en sacos de 25kg, pero lo lógico es comprarlas en diciembre para tenerlas preparadas en enero: ahí estuvo mi fallo.

Yo compré las patatas a mediados de enero y no están demasiado listas. Hay que dejarlas descansar en un lugar seco y sin luz directa para que empiecen a brotar; después se cortarán en tantos trozos como brotes tenga la patata y esos ya se podrán sembrar.

Pero con tan poco tiempo, las patatas no han germinado y sólo he plantado algunas de ellas. Lo que sí he hecho ha sido preparar la tierra y sembrar lo demás que tenía previsto: cebollas, lechugas, acelgas, ajos y zanahorias. Es posible que mi padre plante las demás patatas durante el mes de febrero, pero también es posible que me esperen a marzo y las plantemos juntos. En todo caso, las patatas ocuparán la mitad de la huerta y se recogerán a los tres meses, pudiéndose conservar durante el resto del año y comerlas a discreción cada vez que se nos antoje.

Y en primavera avanzada, a finales de abril o incluso mejor en mayo, será el turno de los tomates, las berenjenas, los pimientos y demás verduras que nos apetezcan. Lo cierto es que no lleva demasiado trabajo y es un lujo poder comer de lo sembrado.

PD: En la foto, ayudado por mi primo Xavier.

jueves, 27 de enero de 2011

Esmorzar de forquilla



Desde hace algunos meses, mi padre sale a caminar por las mañanas con un amigo suyo que es médico (de esos médicos tan buenos que afirma que si algún día llegara a ministro de sanidad, aceptaría que el caviar y el foie entraran por la seguridad social). El caso es que siempre hacen el mismo recorrido: de Sant Pol a Calella y vuelta. Y yo, siempre suelo hacer los mismos caminos en los rodajes de la mañana: el camino del golf, el de la Misericordia y pocos más. Por lo tanto, teníamos que innovar.

Les propuse, hace unas semanas, que nos uniéramos como un equipo y, empezando por coger el coche, fuéramos a otro pueblo: ellos a caminar, yo a correr. Pero la innovación no acababa ahí; para saber dónde deberíamos ir, lo ideal sería primero encontrar un buen restaurante o fonda para saber dónde desayunar después del ejercicio. Hoy ha sido nuestra primera etapa.

En Can Rosich, en Santa Susanna, nos atenderían con mucho gusto. No tienen abierto para desayunos, pero la dueña es hija de Sant Pol de Mar y se sentía encantada de tenernos como comensales, pues así la poníamos al día de todo lo que pasaba por nuestro pueblo. Además, estábamos de suerte: el martes habían hecho matanza y podríamos probar de todo.

Sin prisas, después de 45 minutos de carrera o de caminata, nos hemos sentado a la mesa, cerca del fuego. Para empezar, una jarra de zumo de naranja recién exprimido que ha apagado un poco la sed. Después, la sustancia: tostadas de pan casero con ajo, tomate y aceite, butifarras y panceta a la brasa, un poco de foie, tortilla enorme de alcachofa, cebolla y ajo tierno, lomo y embutidos varios y una ensalada sencilla para ayudar a bajar. Para beber, vino tinto de bota (lo único que ellos no producían) y un poco de agua para ser capaces de conducir de vuelta. Y un café para terminar, el mío con leche.

De todo ello, lo que más me ha gustado ha sido la butifarra a la brasa. Estaba poco hecha y, al no llevar ningún tipo de compactante, se deshacía al cortarla; era pura carne, sal y pimienta (y hace dos días todavía caminaba).

No sé cuándo volveremos a repetir este entrenamiento, porque yo ahora me voy a Kenia (bueno, el médico ha dicho que tampoco lo deberíamos repetir demasiado a menudo), aunque mi principal preocupación es saber dónde encontraremos un desayuno similar. Hemos empezado con el listón muy alto.


miércoles, 26 de enero de 2011

Tudo pronto para a meia de Barcelona

Esta mañana, en el Institut de Barcelona Esports, se ha presentado oficialmente la media maratón de Barcelona, que se celebra este domingo. A medianoche se cerrarán las inscripciones, que ya han superado de mucho el récord del año anterior y se espera que sobrepasen los 8000 corredores (si queréis correr y todavía no os habéis apuntado, haced clic aquí).

Lo curioso del caso es que se hace eco de esta presentación incluso una web brasileña de nombre muy tentador: Correr pelo Mundo y me nombran a mí como "segundo colocado na Mitja de 2010", que así es como quedé el año pasado y no será sencillo de repetir, porque este año vienen atletas de más nivel todavía y, aunque confío en mejorar mi marca personal, sería raro conseguir otro segundo puesto.

Pero esto será el domingo; hasta entonces hay todavía cosas que hacer (aunque las patatas ya están sembradas, qué alivio): mañana haré una salida cultural con mi padre de la que espero hablaros por la tarde y también una sesión de fotos en el KineSpai de Calella, con Héctor García, explicando los ejercicios de gimnasio que un maratoniano puede -o debe- hacer para entrenarse mejor.

martes, 25 de enero de 2011

Correr

Jean Echenoz publicó hace unos meses el libro Correr, la vida de Emil Zatopek, la locomotora humana. Es corto, se lee muy rápido y da demasiada pena llegar al final. Reconozco que lo leí a pequeños sorbos, para hacerlo durar: sus 140 páginas me duraron casi dos semanas.


Como atleta se echan de menos más referencias al crono: qué tiempos hacía en las carreras, cómo eran sus entrenamientos (cuántos días a la semana, cuántos kilómetros...) e incluso cómo planificaba la temporada; pero como aficionado sobran las anécdotas: cómo cayó desmayado al correr demasiados metros sin respirar, cómo se rieron de él antes de la primera competición internacional y luego humilló al estadio, cómo pasó del más alto grado militar a ser basurero y cómo le vetaban la entrada a países como Francia o Brasil por culpa de los periódicos checos.


Es una obra fascinante, que descubre lo más humano del corredor más inhumano y, de vez en cuando, suelta perlas en boca de Zatopek como esta: "No tengo suficiente talento para correr y sonreír a la vez. Correré con un estilo perfecto cuando se valore la belleza de una carrera según un baremo, como en el patinaje artístico. Pero yo, de momento, lo que tengo que hacer es correr lo más rápido posible".


Y vaya si lo hacía: ganó los 5000, los 10000 y la maratón en los mismo Juegos Olímpicos de Helsinki, también varias distancias en campeonatos de Europa y se prodigó en carreras comerciales (siempre que los dirigentes de su país se lo permitían) como la San Silvestre de Sao Paulo o el cross de San Sebastián (en el hipódrome de Lasarte) de 1958. Pero si queréis saber algo que no contó Echenoz, leed la entrada de Ander Izaguirre y su tío-abuelo Patxi repartiendo txapelas por el mundo. ¿Os imagináis a Zatopek haciendo de barman?

viernes, 21 de enero de 2011

Un pequeño truco

Cuando se entrena mucho, cualquier pequeño truco para recuperarse de la fatiga es bienvenido. He aquí una pequeña chapuza que puede ayudar a levantarse con mejor pie.


Un trozo de madera de dos o tres centímetros de alto o ancho (mejor dos trozos si no queremos acabar torcidos) serán los encargados de nuestro querido retorno venoso o la sensación de tener las piernas menos pesadas.

Colocadas debajo del somier de nuestra cama, en la zona de los pies, producirán un pequeño plano inclinado que favorecerá el descanso de las piernas. No os voy a afirmar que uno se levanta 10 años más joven de lo que es, pero seguro que todo suma. Y, aunque no es mi caso, también puede ser de utilidad a las mujeres embarazadas y a los ancianos. ¿Os atrevéis? Yo llevo ya varias noches con el invento.

jueves, 20 de enero de 2011

Triplicar

Dícese de entrenar tres veces en un mismo día. Y añado: es más complicada la logística que la fisiología.

El lunes pasado, después de una mal día en Terrassa y aprovechando que empezaba una semana sin competición, decidí descubrir qué había más allá de la segunda sesión. Como es habitual en esta preparación maratoniana, me levanté sobre las 8 o un poco menos para salir a trotar 15kms. A esas horas, mi ritmo medio de rodaje suele ser cercano al 4'30": lo suficente para acumular un poco de volumen y llegar al desayuno con muchas ganas de comer.

El desayuno consiste en el zumo de dos naranjas, luego un kiwi, tres o cuatro tostadas con queso o embutido y un tazón de leche con cereales o galletas. Después el tiempo de ordenador: repasar los e-mails, publicar en el blog y leer los otros blogs, escribir algún que otro artículo, etc.

A las 11 o algo más tarde me fui al gimnasio: una hora de trabajo de fuerza y, al terminar, 10kms de trote a 4'00". Vuelta a casa, comer y una ligera siesta para recuperar. Por la tarde, trabajé un poco en el huerto (dentro de diez días me voy a Kenia y para entonces las patatas tienen que estar sembradas) y quedé con el grupo de Canet a la hora habitual, las 7:30 de la tarde. Los lunes solemos hacer 12 o 13kms de rodaje progresivo, pero como muchos competimos el día anterior nos lo tomamos con calma. Total, 37kms en un día.

Y al llegar a casa y cenar un poco, me fui rápido a la cama, que es el ingrediente especial para triplicar: acostarse temprano. La prueba de fuego vendría al día siguiente, al hacer las series del martes y descubrir que triplicar no había sido demasiado traumático. Por la mañana rodé 12kms y por la tarde, 3x3000 con dos minutos de recuperación y a 9'30" (aunque salieron a 9'29", 9'25" y 9'20").

Tan contento estaba que el miércoles quería repetir la experiencia, pero un problema de logística lo fastidió. Salí por la mañana a correr 15kms, a mediodía me fui al gimnasio pero cuando estaba acabando la fuerza me llamaron al móvil: tenía que conectarme urgentemente a internet para hacer una entrevista por videoconferencia. Me duché y me fui a casa, sin tiempo de rodar esos 10kms del mediodía. Por la tarde, no obstante, cumplí con otros 13.

Me encuentro cansado, es cierto, pero si no hay problemas de logística no veo tan complicado el triplicar de vez en cuando. Quizá lo haga algún otro día.

domingo, 16 de enero de 2011

Sin triplete


Hoy domingo se celebraba en Terrassa la media maratón que servía de campeonato de Catalunya y mi objetivo, después de ganar el campeonato en 2009 y 2010, era repetir. Pero hay días malos y hoy ha sido el peor.


Reconozco que confiaba en mis posibilidades, aunque no me fiaba nada de los rivales que tendría: Jaume Leiva tiene mucha mejor marca que yo en maratón y hace dos semanas me metió un minuto en la san silvestre de Sant Cugat; y Roger Roca lleva tiempo sin acercarse a sus marcas personales, pero cuando está en la línea de salida siempre quiere dar guerra. Y también estaba Just Sociats, especialista en carreras de montanya que cada día corre más en asfalto (y debutará este año en Rotterdam).


Pero yo venía de correr un 3000 en 8'23" y la moral estaba alta. Hemos empezado fuerte (muy fuerte) con un parcial de 5000 en 14'56". Nunca me he animado a llevar ritmos suicidas, pero en esta ocasión estaba muy motivado y nadie quería ceder. Pero a partir del kilómetro seis hay una cuesta larga-larguísima (hasta más allá del ocho) que me ha empezado a fastidiar. He perdido comba con Jaume y con Roger y pronto me ha pillado Just sin poderme enganchar a él. Mentalmente pensaba que no pasaba nada, que en el llano o en la bajada recuperaría un ritmo alto y los alcanzaría. Pero no ha sucedido así.


Después de la cuesta he intentado apretar y parecía que aceleraba, pero sin acercarme a los de delante. He forzado un poco más, y seguían alejándose. Por alguna razón u otra, no conseguía correr más rápido. Y las desgracias nunca llegan solas: a partir del kilómetro 13 o 14 me avisaba la diarrea.


Mis pasos se han vuelto cortos, el ritmo era ridículo y tenía unas ganas locas de que se acabara esto. Pero quedaban muchos kilómetros y no han sido nada agradables. Al llegar a meta, ni me he parado a saludar a nadie: tenía una cita con la taza. Y así he seguido cada pocos minutos (el sólo caminar hasta el coche se hacía eterno y los malditos badenes de las calles...).


En fin: una carrera para olvidar. Supongo que son los reveses de preparar la maratón, pero estos golpes duelen mucho a nivel anímico. No puedo evitar pensamientos del tipo "no lo conseguiré", "no estoy en forma", "qué pasaría si en la maratón me encuentro igual", etc. Así que el remedio es entrenar más y esta semana que empieza lo llevaré a cabo para intentar resarcirme en la media de Barcelona del día 30 de enero. Éste es el plan.


Los resultados, aquí.

lunes, 10 de enero de 2011

8'23"93

Llevaba varios años sin correr en pista cubierta y me he sorprendido; entrenando para la maratón, no se trabajan ritmos rápidos y las dudas son el principal oponente para una carrera tan corta como un 3000 y un escenario tan irreal como una pista con peraltes. Pero ha salido mucho mejor de lo esperado.

Me he quedado a dos segundos de mi marca personal (también es cierto que es la más asequible de mi CV), pero a mi favor tengo que las series de mil todavía son a tres y pico (nunca a dos y pico) y que las series de 500 que hice el jueves pasado tenían que salir y salieron a 1'28" (ocho series con un minuto de recuperación). Así, es normal que tuviera dudas ante un tres mil que se avecinaba a ritmo rompedor desde la primera vuelta. Y tal fue.

Ilias Fifa, que ganó la última San Silvestre de Barcelona sobre 10km con 29'37", quería ir rápido. No era esa mi batalla pero parece que sí la de muchos. En lugar de dejarle ir -por imposible-, casi todos los atletas (era el campeonato de Catalunya por clubes de pista cubierta, o sea que éramos ocho en total con un atleta por equipo), decía que casi todos los atletas se sumaron a su estela. Yo pasé el 400 en 1'06" e iba el 6º descolgado del pelotón principal (1'06" es ritmo de 8'15"; sería una tontería seguir a ese ritmo).

No quería que los de delante se fueran demasiado pero tampoco quería ir más rápido, así que opté por intentar correr a ritmo: a un ritmo que me permitiera descolgarme poco y atrapar a los que fueran cayendo de delante. Y puedo afirmar que me salió bien.

Pasé el 1000 en 2'48", el 1500 en 4'12" y el 2000 en 5'37". Y también pasé, de manera sucesiva, de ser el 6º a ser el segundo con un tiempo del que no me creía capaz: 8'23"93. Ojalá esta buena forma en una distancia corta augure buenos resultados en las próximas carreras de asfalto. El próxima domingo, campeonato de Catalunya de media maratón en Terrassa. Yo defiendo los dos últimos títulos, pero Jaume Leiva, que es un chico de 2h15', no lo pondrá nada fácil.

Los resultados de la pista cubierta de ayer, aquí; el 3000 está en la página 3.

miércoles, 5 de enero de 2011

Calcetines


A menudo nos fijamos mucho en las zapatillas y restamos importancia a los calcetines (yo mismo me he hartado de utilizar los míticos Kalenjin), pero reconozco que un buen calcetín es una herramienta importante de cara a la maratón. Desde hace algunos meses utilizo para competir los Ultra Light Sock de ASICS y no puedo afirmar que me den suerte a partir de los resultados (retirada en la maratón de Zaragoza y ampollas en la de Panamá) pero tampoco hay que demonizarlos. En Zaragoza no estaba en forma y los calcetines no tenían la culpa; y en Panamá, con una humedad del 95%, ¿qué calcetín te evitaría una ampolla?


Esta es la duda que me planteo (y que os lanzo a vosotros). ¿Qué calcetín utilizáis para competir y cómo responde frente a ampollas en las condiciones extremas? A mí nunca me salen ampollas al correr, pero nunca antes había terminado un maratón con más sudor en las zapatillas que en la camiseta; parecía como si hubiera corrido toda la maratón encima de un charco. En esas circunstancias, me pregunto si las ampollas se pueden evitar.


Existen calcetines con dedos, pero ASICS no los fabrica. ¿Los habéis utilizado alguna vez para competir? ¿Qué tal os van? En Panamá descubrí que algunos corredores se vendaban los dedos con esparadrapo de ese de papel, un par de vueltas en cada dedo individualmente. No me parece una mala técnica, pero habrá que probarla antes en entrenamientos.



En fin, para mis próximas competiciones (medias de Terrassa y Barcelona y maratón de Barcelona) seguiré con los Ultra Light Sock, pero en el horizonte tengo una carrera con humedad parecida a la de Panamá y quiero estar seguro de que las ampollas no me molestarán.