sábado, 21 de diciembre de 2013

Kerita Dam Cross Country (I)



Siempre que tengo la oportunidad y los entrenamientos lo permiten, me gusta participar en alguna carrera mientras estoy en Kenia. En esta ocasión ha sido un cross con pocos participantes organizado por la escuela de primaria de Kerita Dam, a unos 40 kilómetros de Eldoret.

Los croses suelen tener categorías menores (en este caso desde niños y niñas corriendo 500 metros) hasta las típicas carreras sénior de 8 (mujeres) y 12 kilómetros (hombres), pasando por las carreras júnior de 6 (mujeres) y 8 (hombres), en las que no hace falta ser júnior para participar. Yo, por si acaso, me he apuntado a la de 8 kilómetros con mi cuñado, para que no fuera demasiado largo y para acabar lo antes posible, que uno nunca sabe a qué hora darán la salida y al final el día se hace eterno.

Hemos llegado a la escuela a las 8:30 de la mañana (según la publicidad, la hora a la que empezaba el cross) pero a esa hora no había nada más que cintas marcando el circuito y mucho descontrol. Una hora más tarde ha llegado el hombre de los altavoces y ha empezado el movimiento. Han dado varias explicaciones, ha hablado el pastor y los niños han ido a la salida. La salida, en este caso, era un punto indeterminado en mitad del circuito, del mismo modo que no había línea de llegada. La llegada era una cinta que daba acceso a un pasillo estrecho donde te daban el número de tu posición final. Pero todo funcionó más o menos bien.

Uno de los peques (500m) con muy buena técnica (Foto: M. Roig)

Las carreras en Kenia no son siempre gratis. En muchas ocasiones, un patrocinador es el organizador de la carrera y participar es gratis, pero en otras ocasiones (como hoy), había que pagar 200 shillings (algo menos de 2 euros) para participar. En el caso de los niños, la tarifa era de sólo 100 shillings. De todos modos, en las carreras júnior y sénior había premios en metálico para los diez primeros (de 10.000 a 250 shillings en los júnior; de 20.000 a 500 shillings en los sénior).

Chica cadete (2000m), impulsando genial (Foto: M. Roig)

Ver correr a chicos y chicas en Kenia es una experiencia maravillosa. La indumentaria puede ser tan extraña como faldas largas, camisas de vestir e incluso unos tejanos, pero la técnica es maravillosa. La gran mayoría de ellos corren descalzos y ven las zapatillas como un obstáculo para correr rápido.

El circuito de hoy no era fácil y mezclaba hierba alta (donde llego a entender que se corra descalzo con facilidad) con un campo de maíz recién arado. En pocas palabras, uno se queda embobado de lo bonito que es ver niños corriendo con tanta soltura en un terreno tan complicado. En cuanto a mi carrera y mi “soltura”, me lo guardo para la próxima entrada.

1 comentario:

Rafael dijo...

Opino lo mismo que ellos, algunas zapas hacen que uno rinda mucho peor y lo peor es que muchos no lo saben.
Un abrazo y feliz 2014¡¡¡.